martes, 4 de agosto de 2009

SUCESOS POSTERIORES






Para mantener el orden público se declararía a la ciudad ocupada militarmente, y para este fin se nombró Jefe de Plaza al Mayor de Carabineros, Luis A. Plaza. El Ministerio de Guerra ordenaría al Comandante en Jefe de la IV División de Ejército, con asiento en Temuco, General de Brigada Guillermo Armstrong, enviar tropa de línea a Valdivia. El General Armstrong ordenaría el envío de efectivos, en primera instancia, del Regimiento Nº 11 Tucapel y una compañía de ingenieros de la División para labores de construcción de viviendas provisorias a los damnificados. Resguardan, entonces, el orden público 120 hombres del Regimiento Tucapel, 20 carabineros de Temuco, 180 efectivos del Regimiento Caupolicán y 40 carabineros de Valdivia, Loncoche y Osorno.

Al conocerse la noticia del incendio en el Gobierno, a través de un telegrama del Intendente Provincial Ramírez de Arellano, se reuniría un Consejo de Gabinete para decidir el curso de acción más conveniente. Se decidiría que el Jefe de Gabinete, ministro Tocornal, viajara a la ciudad afectada para recoger los datos necesarios con los cuales el Gobierno tomaría las medidas más pertinentes.

El 15 de diciembre arribaba a la alicaída ciudad el Ministro del Interior, Ismael Tocornal, para “articular las medidas más oportunas en socorro de la población” local. Entre los miembros de la comitiva se encontraban el jefe de sección del Ministerio del Interior, Guillermo Pérez Valdivieso; Julio Bustamante, Comisario de la Brigada Central del Cuerpo de Policía; el Diputado Paulino Alfonso; el ingeniero Rogelio Tolson; el Gobernador de Llaima, Adrián Ortiz Lois; y los corresponsales de “El Diario Ilustrado”, “La Unión”, “La Mañana”, “El Chileno” y “El Mercurio”.

Posteriormente el Presidente Montt ordenaría el envío de especialistas de la Dirección de Obras Públicas a Valdivia para realizar los estudios del terreno donde se levantaría nuevamente la ciudad. Estos serían los ingenieros Alberto Espina y Egberto Belcredi, y los arquitectos Celindo Muñoz y Alberto Bezanilla. Estos funcionarios se pondrían a las órdenes del Intendente Ramírez de Arellano.

Las autoridades provenientes de Santiago se reunieron con el Intendente, el Alcalde y los hombres mas poderosos de la ciudad, donde ofrecieron dinero para apoyar los gastos de la reconstrucción, estimando los comerciantes afectados que esto no era necesario. Pero se decidió la conformación de una comisión para la redacción de un proyecto de transformación de la parte siniestrada de la ciudad, que incluía expropiaciones de terrenos y el posterior ensanche de las calles, avenidas y plazas. Esta comisión estaría formada por: Víctor Vogt, Pedro Castelblanco, Otto Roepke, Alberto Haverbeck, Patricio Aguayo, Felipe de la Fuente, Jorge Urzúa, Jorge Saelzer, Luis M. Rodríguez y Roberto Navarrete.

La evaluación del siniestro fue 117 construcciones consumidas, 98 casas de comercio, en total 92.000 metros cuadrados de edificación. Las pérdidas ascendían a los 20 millones de pesos, de los cuales las compañías de seguro cubrieron doce millones; el Presidente Montt destinaría medio millón de pesos para indemnizaciones, de los cuales 100 mil serían para las compañías de bomberos para renovar su material.

La Compañía Alemana de Aseguradores de Valparaíso recibiría detalles de las edificaciones afectadas. Estas serían las manzanas 316, 324, 404, 320, 312, 300, 304, 306, 302, 308, 232, 225, 227. Manzana 332 quemados ambos frentes plaza y Picarte. 239, Picarte incluyendo, Bischoff y Banco Alemán. 402, frente San Carlos, incluyendo Aduana. 330, quemadas totalmente, excepto dos edificios frente calle El Toro. 191, quemadas casi totalmente, incluyendo Williamson Balfour y Saavedra Renard. 195, tercera parte frente Chacabuco y Adriazola. 235 y 328 en duda.

Cabe hacer notar que los seguros comprometidos no pudieron ser ejecutados inmediatamente ya que se realizó investigación sobre el incendio. Además las compañías de seguro con pólizas comprometidas en su mayoría eran extranjeras y sólo 2 nacionales: “La Nacional” y “La Unión Chilena”, las cuales cancelaron los seguros una vez concluida la investigación de la catástrofe.

A pesar de las graves y grandes pérdidas los valdivianos desecharían las ofertas iniciales del gobierno para ayudar a reconstruir la ciudad. Aun así el Ministerio del Interior solicitó a la Intendencia Provincial una nómina de los damnificados por el incendio para decidir a quienes entregar recursos según lo dispuesto por la ley de reconstrucción.

En el plano levantado en enero de 1910 por don Lorenzo Claro Lastraría, liquidador de las compañías de seguros, se puede apreciar con toda claridad, que son 20 manzanas completas las pérdidas por el incendio y no 18 como se dijo en un principio.

El Intendente Ramírez de Arellano nombra una Comisión de Subsidios. El trabajo de ésta era el de evaluar cada uno de los casos que merecían recibir los subsidios del Gobierno. El trabajo de la Comisión fue a puertas cerradas, sin que se caracterizara por su claridad y sus deseos de dar a conocer sus actos.

Por medio del Decreto Nº 1.110 de abril de 1910 se disponía el pago de recursos a los empleados públicos damnificados por el incendio. Estos eran los funcionarios del Juzgado de Letras de Valdivia, de la Subdelegación Marítima, Martillero Publico, Protectorado de Indígenas, Correos, Telégrafos, Alcoholes, Preceptores, Aduana, Escuela Profesional, Liceo de Hombres, Registro Civil y de la Policía La nómina resultante sería ampliamente criticada por la ciudadanía ya que en ella aparecían personas que no tuvieron pérdidas de importancia y se dejaba fuera a personas absolutamente necesitadas de dicho subsidio.


Posteriormente, en junio, se daría a conocer la nómina de damnificados particulares que recibirían el subsidio dispuesto por el Gobierno para los damnificados del incendio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario